La tarde del sábado transcurrió de una manera tan absurda
como había comenzado el día desde la recepción de la llamada hasta la aparición
de los agentes en la piscina…
A cada persona que se lo contaba, más tenía la sensación de
estar narrando algo sin pies ni cabeza y totalmente desmedido…
Pedí opiniones y consejo a amigos policías, a la familia, a
mi hijo, a mi perro… Y todos concluían con la misma frase: “¡VAYA COSITAS TE
PASAN!”
Pasaba de la carcajada a la mala leche en cuestión de
segundos, si lo contaba y alguien se descojonaba me sentaba como el puto culo…
y pensaba: “joder cómo me gustaría que fuese a ti a quien le pasase esto,
veríamos a ver si te reías, mamonaz@!”
Total que no me quedaron más cojones que poner el
despertador un domingo a las 8.00 AM y que fuese lo que tuviera que ser…
Me desperté mucho antes de que el despertador sonase, mil
veces durante la noche, inquieta para no llegar tarde a la cita donde me habían
dicho que de no acudir me encontraría en búsqueda y captura…ya me veía con los
grilletes (uy! Esto suena bien…)y los agentes empujándome la cabeza (esto ya no
me gusta) para que no me la golpease al entrar en el Zeta y así alimentar las
habladurías de las hienas de mis vecin@s… “LO QUE ME FALTABA”!
Le pedí a mi pobre padre que me acompañase (digo lo de
pobre, porque sin comerlo ni beberlo le metemos en cada embolao…) y para allá
que nos fuimos los dos. Tardamos menos de 20 minutos en llegar desde mi casa a
la Plaza de Castilla, lo normal para un domingo a esas malditas horas, de no
ser así, los 40 minutos no te los quita nadie.
Llegamos pronto y mi padre aprovechó para desayunar mientras
mi ansiedad crecía por momentos y las ganas de entender qué coño estaba pasando
ya no cabían en ninguna parte.
Tomóse su tiempo el hombre y cuando hubo acabado, nos
encaminamos hacia los juzgados a salir de dudas de una puta vez.
Al llegar, en la entrada, apostados dos parejas de guardias
civiles que se dispersaron según nos vieron llegar… En el interior, en el
puesto de recepción, un vigilante jurado que nos preguntó a qué veníamos, le
mostré la citación y en ese momento nos comentó que le habían dicho que me
estaban esperando, que avisaba al agente al cargo del asunto.
Y ya flipé: “en serio, ¿no tienen nada mejor que hacer que
esperarme esta mañana para requerirme por algo que ocurrió hace más de un año y
de lo que casi ni me acordaba, pero de lo que estoy segura de haber pagado?”
Pues sí, me di la vuelta para que no me viesen la cara de
Ogra que se me acababa de poner ni pudieran leerme los labios cagándome en todo
y reconociendo a las madres de todos los allí presentes…
De repente escuché mi nombre completo, harto difícil de
acentuar para la mayoría de los catetos que nunca lo escucharon…
¡SOY ESDRÚJULA PERDIDA COÑO!
Me giré y asentí. Allí estaba él, el señor agente de paisano
con quien estuve hablando por teléfono el día anterior. Un tiarrón grande, con poco pelo, de los que se resisten a
ser CALVOS… con ese poco pelo apuntando al techo, una camiseta metida por
dentro del pantalón y la pipa en la parte lumbar, estrangulada como su cintura con
un cinturón, horroroso, por cierto…
Me pidió que le acompañase, pero le dije: “NO SIN MI PADRE”
y me dijo que como ya era mayor de edad que pasase sola, así que me tocó
comerme las palabras y tirar para adelante al despacho del “morcón con pipa”…
Empezó a enseñarme una serie de papeles donde en portugués
donde figuraban unos procuradores y unas cuantas leyes portuguesas que me
acusaban de haberme ido sin pagar de un surtidor hace ya más de un año. Dos
fotos borrosas de mi coche y la placa, y un montón de artículos donde por fin
vi mi “supuesta pena”. En Portugal, no se andan con chiquitas, aquí en España
ni es delito… pero me pedían hasta 3 años de cárcel o bien una multa, todo por
la suma de 55,02€
(Véase el ticket)
Alucinaba y flipaba hasta que la risa (esa que me invade
cuando me pongo nerviosa y no quiero montar el pollo) me ganó la partida y ya
solo podía reírme, de lo absurdo que era todo, de la cantidad irrisoria por la
que se había movilizado tanta gente, del numerito de la piscina y de los
caretos de mis vecinos ojipláticos y deseosos de ver camorra, además de la
explicación que el agente me dio: “si no me hubieras dicho por teléfono que la
policía no trabaja los sábados no te hubiera hecho venir hoy, pero
te negaste a pasarte por aquí un día porque te pensabas que era una broma, me
sentó fatal que me dijeses lo de los sábados”…
Vamos que me liaron todo ese pollo por bocazas, porque
pregunté qué diligencias seguir en adelante y el tío no tenía ni puta idea de
nada, él solo se limitaba a hacerme llegar la notificación por un acuerdo internacional
de cooperación policial…
¡¡¡¡MANDA COJONES!!!!!
Vamos que fue un: “pa tus cojones, LOS MÍOS”
Le hubiese abofeteado la cara y le hubiese administrado un
correctivo a base de una buena patadita en la zona escrotal, pero seguí
riéndome sin parar y le dije que no le perdonaría en la vida el haber tenido
que pegarme un madrugón un domingo para ir allí porque a él se le puso en las
pelotas (literalmente se lo dije, pero como me estaba riendo y él también, le
hizo hasta gracia). Al oír todo esto se acercó un compañero que estaba en la
habitación contigua y que se unió a la conversación y a las risas, pero la
carcajada más grande estaba aún por venir, cuando les comenté: “es que ayer la
pareja que vino a traerme la citación a la piscina me dijeron que si no me
presentaba hoy estaría en búsqueda y captura”… ¡Se descojonaban vivos!
A día de hoy sigo a la espera de una llamada de la Fiscalía
donde alguien me pueda decir cómo proceder ante esta situación y de que mi
querido Banco me confirme si está el cargo en mi cuenta o no, puesto que lo
realicé con la tarjeta de crédito y no tengo manera de verlo…
Seguiremos informando en cuanto me cuenten alguna memez más…